Estaba en un crucero con mi marido y no se bajo a tiempo. El crucero subió las nuevas personas y no nos bajaron. Este volvió y zarpo sin dejarnos bajar. Lo que sentí fue que pasábamos por la misma ruta pero no podía reconocer el lugar, Alguien dijo que estábamos pasando por República Dominicana. Decido hacer el gesto de tirarme del crucero pero había unas personas que estaban en la orilla del umbral del barco. Yo poseía en mi falda mis libros favoritos de español y en un brinco que hizo el barco cayeron al agua. Me desespere tanto que me tire. Llego a la orilla de un lago y hay mucho tapón o tráfico y camino entre los carros. Alguien sale disparando, como buscando a alguien y no lo encuentra así que decide tirar tiros al aire y a las personas. La gente sale de sus carros y son personas que me conocen a mi pero no yo a ellos. Todos hablan español pero son de diferentes países. Me decían sus nombres y apellidos y me pedían que los salvara o que los protegiera de aquella persona que estaba como loca. Yo los miraba para poderlos reconocer... pero nada. Llego un muchacho americano y me dijo que nos habíamos conocido en NY, nunca lo había visto ni en mis otros sueños, dijo que se llamaba Christopher J. Spencer o algo así. Su edad era de 28. Le dio una bala detrás de la nuca entre la columna vertebral y la cabeza. Lo arrastre pidiendo ayuda entre las casas que quedaban en la avenida. Lo más extraño es que él se iba poniendo más pequeño mientras perdía sangre. Una adolescente me dijo que un día su primo le dispararon y que el mismo se saco la bala. Cuando lo subí el muchacho ya era un niño de 12 a 13 anos. El lugar estaba lleno de hombres jóvenes fumando y parece que haciendo droga, puse el chico encima de una mesa y el extrajo la bala con un alicate. El chico sufría de dolor, una vez a fuera la bala el niño tuvo una hemorragia. Le suplique al que la saco que me llevara al hospital y me dijo titubeando que lo siguiera. No me ayudo con el chico. Ya lo podía cargar ya tenía como unos 8 anos. Nos montamos en un carro bajito de 4 puertas color verde metido entre la maleza. Me llevo zigzagueando entre los carros y llegamos a un lugar que estaba muy inundado. Antes de entrar allí el hombre se bajo del carro y me dejo sola con el niño. Comencé a guiar sin parar llevándome a quien me encontrara en el camino, empujando el agua y esa agua casi llegaba al medio del cristal de al frente del carro. Pase por frente de un caserío y la gente transitaba mucho. Llego al hospital y me baje gritando auxilio pero mi voz no me salía y todos me miraban. Dejé el carro abierto y corrí con el celular en la mano y buscaba donde estaba emergencias. Todos me señalaban hacia dentro de un lugar que no parecía ni hospital ni dispensario. El niño ya no respondía y yo le decía cada cosa que hacíamos para que luchara un poco más. Una enfermera me dijo que cuando hay casos de emergencia se atienden 12 emergencias por día. Me salí de ese lugar y seguí corriendo para buscar una doctora. Salió una señora con bata blanca y me dijo que lo pusiera en la mesa… puse mi celular. Me fui al baño de la oficina y me encerré hacer mis necesidades sin poder entender pq el baño tenía una ventana que se veía todo. La puerta se convirtió en... cortina.