Estaba allí al bar (uno que nunca visité, todos se parecen), sin noción de haber hecho algo antes. Llegué sola y era atestado de gentes con charlas bastantes ruidosas.
Me aburría, pero observaba las distintas situaciones, la emoción, los deseos no expresados, los gestos, miradas seductoras, el eterno baile del cortejo.
Sentí soledad y hasta cierto enojo, no destaco pero tengo conversación interesante. Mi femineidad es fuerte pero prefiero no destacar ni acaparar miradas sólo por el aspecto físico.Buscaba algo especial, alguien, no era una cita ni recuerdo haber entrado con nadie ahí.

Quería ocurriera algo interesante, porque este era otro sueño lúcido..¿debía provocarlo yo como en otros? Porque cuando uno es consciente, toma el control de lo que va viviendo.¿qué quiero que me pase aquí? me cuestioné.
Una conversación interesante, nada más. De pronto empieza un hombre a hablarme, con interés pero sin demasía entusiasmo. Alguién que estaba solo, o se sentía igual.
La noche era joven, no se veían borrachos. Le sigo la charla pero es tan habitual a otras cientas que cientos de personas hacen cada día...Intento desviar el diálogo y acabamos hablando de la conciencia y de cómo interpretamos la realidad. En este punto sigo consciente de que estoy dormida, me rió juguetona con él pero él cree que mi risa es por otros motivos.Era que me divertía la situación, de hablar conmigo misma, dentro de mi mente, con una parte de mí, recreada, que es este hombre que me mira.
Me doy cuenta que soy yo, la que quiere sea así, pero trato de no dirigir su línea de discurrir o personalidad. Me río de lo compleja que soy, y del punto de mi soledad. En algún momento me molesta la gente hablando a gritos, reconozco que soy yo, o me puse en dicha situación esto lo analizo ahora.
Le comento al hombre, sabes? esto es un sueño, todos esos están dormidos, ni existen, lo más real que hay aquí soy yo así que hombre, ten conmigo una conversación interesante.
Porque hablan ahora una parte de mí despierta, y otra dormida en forma de energía masculina, que en verdad tenemos esas dos partes en nuestro ser. Él me mira como si no estuviera en mis cabales. Le digo mira a esa gente, voy a hacerlos callar con el poder o la capacidad de mi mente (en verdad soy yo misma haciéndome callar a todas esas personas que recrea mi mente dormida), y sin voz emito una orden, y todo el local se calla, sin moverse ni levantar el rostro.
No están paralizados, ni anulados, están a la espera. Al único que no ordeno es a este hombre que me miraba en la barra en la que estábamos.
Creyó era una broma, o un show televisivo.No sé en qué punto tuve conciencia de estar soñando, pero sucedió y me maravillé y quería compartirlo con él. Era momento especial pero parecía que no estaba a la altura. Me exasperé con su racionalización y su mente tan masculina de no aceptar lo inverosímil. Hice a la gente girarse hacia nosotros, él se sintió intimidado, muy típico en lo masculino cuando no comprende algo. Podía hacerlos desaparecer, pero quizá le provocara locura o terror en él, no buscaba eso. Me divertía pensar que ese hombre, era mi parte masculina no a nivel sexual, sino energético, que todos tenemos adentro. Él era una parte de mi ser, enfrentándose conmigo en opiniones. No quería obligarle sino despertarle la conciencia, despertar mi parte masculina adentro del sueño ya que mi femenina estaba lúcida en el mismo. Estaba excitada enormemente. Pero él era reacio, consideraba real el sueño, y es mi sueño el que él me negaba existiera,así que me negaba a mí misma.
Le dije que lo más importante era lo que pudiéramos hablar él y yo, al fin y al cabo, yo era real y despertaría.
Que aprovechara este encuentro, hagamos algo especial!. Conversaba con él a sabiendas era una parte de mi ser, pero le hablaba sin modificar su personalidad, quería convencerlo, no dominarlo. Pero no podía o no quería trasladar mi propia conciencia y percepción despierta hasta su masculina conciencia, sino que él, por su voluntad y deseo bajo prisma masculino, me reconociera.
Ese era el milagro quería lograr.
Le dije que todo aquel lugar era creado, sostenido, imaginado, sentido y decidido por mi mente y espíritu juntos, en plena conciencia uno del otro mientras duermo.
Para él, el que esa ciudad la que fuera no existiera, porque ni pensé en un nombre con que él pudiera mencionármelo a mí, era algo grave. Sus comportamientos civilizados eran mios, mis múltiples posibilidades del carácter, la cerveza era yo, las mesas, la ciudad y todo su mundo capaz de pensar o identificar; eran recreaciones libres de mi propia voluntad.
Y que despierta en esta conciencia, podía modificar los actos de los que, para él, eran personas distintas y reales con carácteres distintos en un bar. Le dije que yo era todo ellos, todo el lugar y que incluso él mismo, era yo misma permitiéndome pensar y expresarme como un aspecto masculino de mi propio ser o alma.
El tipo pareció perder un poco los nervios, y me miraba con hastio y repulsa, me divertía y me hería al mismo tiempo, darme cuenta de que esas emociones eran mias también y entonces caí en la cuenta de que quizá yo misma mostraba repulsión hacia una parte de mí. Quise indagar qué parte, para curarme mis heridas y comprenderme mejor. Sus reacciones contrarias, de defensa me provocaban y entristecían por momentos.
Pero era sólo incomprensión frente a la vida, cuando el ser la vive bajo distintos enfoques, masculino o femenino...así que imaginad enfoques culturales, sexuales,religiosos,etc...
La conversación que tuvimos, antes de que él empezara a abrumarse o asustarse, fué interesante.
Era un tipo común, no muy atractivo, pero sí destilaba masculinidad. Me preguntaba a mí misma jajaj y dentro del sueño!, si este hombre es lo que concibo yo como mi tipo de hombre para pareja, tratando de saber por qué le puse esos ojos, o formas. Sin embargo no se me quedó en la retina su aspecto, era como si lo importante fuera el contenido, no su envoltorio.
Pude haberme mostrado una chica vulgar, golpear, robar el bar, dar rienda suelta a cualquier bajeza. Me pregunté qué deseos o impulsos tendría un hombre en mi lugar, dormido y con sueño lúcido.
¿Se vengaría de enemigos, recordando sus rostros y recreándolos al sueño? No estoy segura, porque en este estado, algo de ti se eleva en comprensión y afecto.
Pero él, o ese trocito de mí, estaba muy aferrado a sus convicciones de qué es real y qué no, y me dí cuenta de que ni yo misma podía convercerme a mí misma si asumo esos roles de personalidad.
Un experimento que me provocaba alegría, excitación y juego. Pero sabía, seguía estando sola, en aquel bar que también era mi ser capaz de recrear escenarios.
La soledad experimentada fué mayor y profunda. Me alegré de que los sueños acabaran aunque fueran geniales, porque eres tú contigo mismo.
Sólo cuando elevas la conciencia, lo notas y sabes, de no hacerlo, cuando despiertas comentas que soñaste con un amigo, o un animal, etc...sin caer en la cuenta de que es tu mente y espíritu.
Es complejo determinar cuando es sueño, de cuando es recuerdo de otra vida. En este caso, era consciente de que era sueño, no un recuerdo. La capacidad del cerebro se amplía inimaginablemente.
Así que después de que viera que el tipo no quería seguir, finalicé el asunto diciéndole lástima, pierdes tu oportunidad de hablar con la parte más real de ti mismo, la que está despierta en conciencia que soy yo, una chica que duerme en su cama. Si existes ahora es porque estoy dormida suspendiéndote en este lugar, tu identidad, sé de ti porque te recreo, puedo darte una historia, recuerdos que sólo tú crees recordar y hasta quieres contármelos sólo porque yo quiero oírtelos decir..pero es que soy yo quién los piensa, y tú los asumes como propios.
Sentí lo que sentía, ese temor intimidatorio como si no tuviera el control de él mismo, no era eso lo que quería mi feminidad, sino que comprendiera y asumiera. Sentía a través de él, pero no él a través mia. Me dí cuenta de que si la gente pudiera experimentar esto, no querrían dañarse.
En serio? ¿No te parezco la chica más interesante de aquí con la que conversar?
En tanto me despierte, dejarás de existir, hablemos, venga...
Me di cuenta de que las personas nos ponemos trabas a nosotros mismos si incluso en este estado exaltado, no me ponía de acuerdo conmigo misma. Así que, no quise pasarle la información, o despertar la conciencia en él, para que a mí me reconociera como parte de él. Ya no sería interesante esto. Me despedí diciéndole ahora verás, como todo el telón se te cae, te desvanecerás y ni siquiera sabrás ni supiste que exististes alguna vez, y sólo porque yo te pensaba.
No sufrirás, simplemente no serás, ojalá otro dia, mientras duerma y esté consciente al mismo tiempo, quiera mi ser reaparecerte y darte cierta noción de este encuentro al bar. Podríamos seguir con esta charla (con esperanza interna de despertarle su parte más profunda de saber la realidad) Quizá en ese momento, me reconozcas, que eres yo misma en formato de hombre descreído.
Una sensación de enojo me invadió, si no tenía una noche interesante, ¿a qué toda esa gente seduciéndose entre ellos, con diferentes personalidades y esa facilidad, y yo como espectadora? ¿ Si soy yo, la parte despierta-dormida, la que podría decir algunas cosas a esas otras?

¿Cómo hubiera sido si ese hombre me reconoce, y nos acostamos? ¿mi parte masculina y mi parte de energía femenina, plenamente consciente en acto más que sexual, de reconocimiento y unión plena? Hubiera sido increíble. Tal vez, simplemente debí coquetear con él, mostrarme tan simple como otra mujer. Pero creo que ya he vivido suficientes vidas simples, si esas particularidades de existir no saben evolucionarse a sí mismas, no pienso estancarme yo en actitud frívola, o ingénua como tantos hombres se sienten seguros con esta forma de ser femenina.

El hombre de mis sueños, no estaba allí, valga la redundancia jajaj Chasquee los dedos al sueño, desperté en la cama y les dije algo así como ustedes lo quisieron, ahora tendré otro sueño más interesante que este.
O al menos si regresan, tal vez me presten más atención.
fin.