¿Descubriéndome?

Es una mañana muy friolenta, las manos y los pies descalzos que tengo se me congelan, apenas se puede ver la luz del sol, y el frío cada vez parece ser más fuerte en este momento.
Mas hay algo que me tiene confundido en estos momentos, algo que me pasó inesperadamente.
Semanas atrás conocí a alguien que no la conozco aún, es algo complicado de explicar esto, o sea quiero decir que solo la conozco virtualmente. Esa persona dice saber todo de mí con solo haber visto mi foto en el medio virtual, y es más es a esa clase de persona que había venido buscando desde hace mucho tiempo atrás, con matices de sencillez, de humildad; nada de complejidades ni nada de esas cosas, y que esa persona era yo.
Eso me sorprendió de sobremanera, ya que a partir de ahí me enamoró y la enamoré virtualmente, y fuimos comunicándonos vía teléfono noches enteras, platicando de una u otra cosa, de cosas del amor, de gustos y disgustos, de nosotros dos, planeando cómo será nuestra casa, cuántos hijos tendremos y más cosas que me engalanaron.
En verdad es que mi persona nunca antes había sido atrapada en este sentido, aunque siempre con la ilusión de encontrar a una mujer con sentimientos puros, e igual sencillez y humildad.
Pasa que algunos días después de ya haber tenido muchas pláticas de noches enteras, sucede un misterio, un sueño. En el que ella llegó a mi casa desde aquel lugar distante en donde vive. Llegó una tarde, me sorprendió, mas no pude ver su rostro, porque desde su llegada miraba siempre a un lado. Esa noche dormimos juntos, no pasó nada de las cosas que pudiera pasar cuando un hombre y una mujer se encuentran durmiendo en una misma cama.
Al día siguiente al amanecer despertamos normal, ya que buscábamos formalizar nuestra relación de pareja en aquellos momentos, casándonos lo más pronto y formar una familia. Pero en esos momentos ella me pide hacer algo, aquello que yo no quería hacerlo, en el que ella me explica que no tenga miedo, que éramos pareja, y no habría secretos que esconder de nuestros cuerpos; aun así no quise hacerlo. Ella me pidió que me quitara toda la ropa, toda, toda, y como yo no le hice caso, entonces ella se acercó hacia mí y empezó a desvestirme con tanta delicadeza y ternura, quitándome primero la camisa, luego el pantalón, los zapatos y finalmente mi ropa interior.
Me hallaba totalmente desnudo frente a ella, entonces ella viene con una toalla de color azul en sus manos, y me cubre de la cintura para abajo, como que si yo estuviese saliendo de la ducha. Después me ordena que así como estuve, con la toalla cubierta solamente y los pies descalzos, vaya a caminar por toda la ciudad mientras que ella se quedó en casa. Sin decir nada le hice caso, como hipnotizado por sus palabras, tomé una movilidad y me fui al centro de la ciudad, en el que empecé a caminar por sus plazas, sus calles y avenidas troncales, sin miedo ni vergüenza; normal, pero las personas con extrañeza unos me miraban, otros se reían y a mí todo eso no me importaba, me encontraba con personas que me conocían y ellas me saludaban, hasta que en un momento tenía ganas de entrar a un Café Internet para navegar e investigar alguna información, entro a uno, en el que veo que las computadoras eran las más antiguas pero funcionaban bien, entonces el dueño del Café Internet se me acerca algo inquieto por querer saber algo de mí y me pregunta de qué es lo que había pasado con mi ropa y por qué solo caminaba con la toalla cubierta. Al cual le expliqué que mi pareja es quien me había pedido que caminara así y haciéndole caso eso había hecho.
Esta persona, dueño del Café Internet parecía ser una persona que la conocía de algún lado, tal vez de la iglesia o no sé, entonces él después de haber tenido una plática corta conmigo, se retiró para seguir haciendo sus quehaceres y mi persona después de haber encontrado la información, también sale del lugar, en el que aparezco en una avenida, en ese momento me da hambre, muchísima hambre y tenía ganas de comer algo ligero, justo ahí aparece mi pareja para preguntarme del cómo me sentía cubierto solo con la toalla, yo le respondí que bien me sentía. Entonces como que fuimos a buscar algo de comer, porque ella parecía saber que en ese momento me daba hambre.
-¿Vamos a comer? –Me preguntó-
-Claro, vamos. –Le respondí. Y nos fuimos caminando.
Ahí me pude despertar de ese misterioso sueño.
Fue un sueño nunca antes jamás soñado en ese sentido, en el que no pude ver siempre su rostro de la persona que me pidió que me desnudara y que al final me llevó a comer.
Este sueño me da a pensar muchas cosas, a veces me da miedo, ¿qué es lo que quiere saber ella de mí? ¿Qué quiere descubrir o ya lo supo sin que se lo contara yo? Es una persona que virtualmente la conozco, no sé cómo es ella, no tengo su imagen, la verdad es un hecho misterioso que por primera vez está pasando en mi vida. Me pregunto ¿Realmente me ama como me dice en las pláticas que tenemos noches enteras? De todas formas, decidí seguir sus pasos, pensando que tal vez se está cumpliendo una profecía para mi vida, la profecía de que la mujer que me amara, vendría de tierras muy lejanas, y yo debiera ir a darle alcance en el camino. ¿Será ella? Me pregunto.
He pedido consejo solo de una persona hasta el momento, contándole esto que me está pasando y el sueño que he tenido, porque es la persona en quien más confío que en cualquier otra persona, y no pediré más consejos de ninguna otra. En el que esta persona me pidió que sólo tenga cuidado, mucho cuidado al momento en que llegue la hora de que nos encontremos con mi Amada virtualmente.
Aunque no solo es ese sueño que he tenido, a partir de aquello, tengo muchos otros sueños que me van aturdiendo la mente, por ejemplo; que juntos estamos manejando un auto, y de este auto mientras manejamos, se rompe los frenos, el volante para finalmente descontrolarse, pero no provocamos ningún accidente. Otro sueño por ejemplo es en el que ella y mi persona aparecemos en un río, por el cual no podemos pasar, y que al final después de todo superamos el miedo y logramos cruzar el río. Y este último en el que somos perseguidos por agentes policiales que nos buscan en helicópteros en plenas noches y no nos encuentran porque nos escondemos. En estos sueños recién puedo ver su rostro, pienso que es un rostro imaginario, ya que siempre está con el pelo largo y suelto, tal como siempre quise que fuese mi pareja. O también este otro sueño en el que aparezco en su tierra natal también en la noche y me desoriento no pudiendo encontrar el camino para llegar hacia ella, en su lugar más bien me encuentro un aparato electrónico muy hermoso, una Tablet recién salido de fábrica, entonces desde ese aparato trato de ubicarla a ella, y es en ese momento que soy invadido por un miedo que estremece mi cuerpo. Es ese tipo de sueños y muchos otros los que estoy experimentando últimamente, todos ellos tienen que ver con ella siempre.
Hay tanto por decir y palabras se me acabaron y mis dedos ya no puedo mover, pues ya parecen estar congelados, al igual que mis pies descalzos, porque el frío es extremadamente intenso.