Me encontraba acostada en lo que suponía sería el piso. Abrí lentamente los ojos, intentando acostumbrarme a la luz, aunque esta era escasa. Intente levantarme, pero lo único que conseguí fue caer a lo que debería haber sido el techo... Cerré mis ojos rápidamente, esperando el fuerte golpe, el cual nunca llego...

Volví a abrir lo ojos al estar confundida por no haber recibido el impacto. Todo lo siguiente fueron imágenes pasar rápidamente por mis costados, algunas hasta atravesando mi cuerpo, no podía ver las imágenes bien por su rapidez. Solo la última imagen pude observar cada detalle de ella, pues se había detenido frente a mi. La imagen era como una pintura, pero a la vez tampoco lo parecía. En esta había un Ángel y un Demonio, ambos se miraban con odio y resentimiento, pero a la vez con amor y compasión. El Ángel vestía un vestido de tiras blanco como la nieve, el cual tenía unas gotas de sangre. El Demonio con un traje como gótico totalmente negro, también contenía unas gotas de sangre que hacían ver esas partes manchadas mas oscuras. Cada uno tenía un par de alas en sus manos. El Ángel sostenía unas negras como de murciélago, estas parecían como si fuesen de terciopelo. El Demonio sostenía unas blancas, parecían tener plumas, eran increíblemente bellas...

Solo basto un parpadeo para que aquella imagen se desvaneciera de mi vista. Todo se sumió en una total oscuridad, la cual daba un extraño escalofrío...

Un resplandor apareció. Cuando este termino delante de mi, por ahí a unos tres o cuatro metros, se encontraban situadas tres puertas hermosamente talladas, las tres de diferentes maneras. La de la derecha era un blanco palidecido, en ella estaba tallada la forma de unas alas como de una ave, más bien de una paloma, estas alas tenían alrededor de si como un aura de paz, pero con una gran responsabilidad. La de la izquierda era de color negro profundo, tenía tallada unas alas, pero estas en ves de parecer plumas, eran mas como las de un murciélago, el aura que había alrededor de estas era como de rebeldía, pero también mostraban mucha libertad. La del medio era un plateado resplandeciente, sus talladuras eran hermosas, en los bordes la rodeaba una combinación entre flores silvestres y gotas de lo que podría imaginar representaban gotas de sangres, en todo el centro de la puerta había un par de alas, pero una de ellas era como la de la puerta blanca y la otra era como la de la puerta negra, simplemente esa puerta era hermosa...

Luego de un tiempo de admirar las tres puertas, mayormente la plateada, una voz con un tono gélido y a la ves tenebroso hablo...

"Solo una puerta podrás escoger... ¿Cuál de las tres escogerás?... Recuerda, solo una es el camino correcto..."

Todo quedó en total silencio e intente buscar a la persona perteneciente de esa voz, esa persona nunca se presento. Un prolongado tiempo pasó y aquella voz volvió a hablar...

"Debes de escoger con sumo cuidado... Una puerta te dará vida, otra te la quitara y por último una te desterrara de la vida y la muerte... "

Confundida, ladee un poco la cabeza. Me acerque un metro hacia las puertas, mi vista se quedo clavada en la puerta plateada. Me encamine hacia ella, pase suavemente mi mano sobre la madera tallada, mire el pomo color dorado, lo toque y puse firmemente mi mano sobre. Antes de que pudiera girar el pomo, una luz cegadora lleno el lugar, cerré los ojos y solté la puerta... Todo se desvaneció...