Ayer soñé esto. Por razones no me ha dejado tranquila. No añado más, a narrarlo tal cual.
Las primeras escenas las recuerdo en borrones. Estaba yo intentando robar un maletín con dinero lanzandome sobre u.a ventana, luego una especie de carrera con desconocidos y luego hubo un cambio de ambiente. Una amiga, quien al parecer me topé en el camino, me pidió que la acompañara a una clase de tienda comercial varada en una carretera sobre la nada. Por circunstancias fuera de mi entendimiento, había un abotellamiento de autos en la carretera fuera del local. Durante la estadía me sentía intranquila, el hombre que atendía me miraba con luz oscura en sus ojos y me encontré a un par de vecinas con las que no me llevo muy bien, ambas sonriendo de esquina a esquina. A mi amiga le entregaron una bolsa de papel que parecía contener comida y luego nos fuimos. Ella llevaba una motocicleta, pero al tener las manos ocupadas con sus compras me pidió que manejara yo. Según mi sueño, sabía manejar. Recuerdo la desesperación agolpar mi pecho en el sueño cuando estuve a punto de chocar contra un par de autos, el tráfico era terrible pero al final la libré. Empezó a anochecer, recuerdo que tenía miedo porque no había pedido permiso a mis padres para andar tan tarde, no obstante seguí manejando con la esperanza de regresar. Pero no fue así. El tráfico era tal que provocó una estampida de autos, para salir ilesas mi amiga y yo tuve que desviarme por un camino rocoso y repleto de vegetación. Seguí manejando hasta llegar a una especie de túnel que conectaba la ciudad con las llanuras montañosas; el guardia me dijo que estaba fuera de servicio, yo con frustración le pregunté si había otro modo de regresar y él me contestó un rotundo no. Cada momento sentía más la desesperación apoderarse de mí al no tener manera de regresar a mi hogar. Mi amiga le suplicó que nos dijera donde podíamos pasar la noche ya que vivíamos a cientos de kilómetros y él respondió con voz mecánica que tendríamos que ir al "santuario", rendir tributo y ver si nos daban el privilegio de quedarnos. El tributo consistía en vender nuestra alma y cuerpo a un ente desconocido, pues según el guardia, no era una deidad ni un demonio. Por razones, tuvimos miedo y preferimos vagar entre las montañas hasta el amanecer. Salimos de allí y partimos en la moto, y luego de avanzar escasos metros encontramos un camino torcido y colina abajo. Dejamos la moto fuera y empezamos a descender, llegamos a una especie de templo construido a base de madera y vimos dentro a un hombre y a un niño. Nos asustamos al ver que aquel era el santuario del que nos habló el guardia, y como por supervivencia, salimos corriendo llenas de pánico. Detrás nuestro venían corriendo el niño y el hombre, éstos vestían como en la época coloquial. Luego de eso desperté sintiéndome agotada y desesperada.
Quisiera saber que significa. Fue, en definitiva, uno de los sueños más lúcidos que he tenido, y ya llevo meses soñando cosas extrañas, de índole inquietante.
Espero de antemano que alguien lea esto.