Sencillamente no sé por donde empezar a describir mi sueño, creo que estaba en una casa (la cual nunca había visto), con dos amigos (los cuales tampoco conozco) y otras dos mujeres (que nunca en mi vida vi). Fueron una serie de charlas y acciones casuales que no son el tema importante de lo que quiero relatar.
El punto es de un momento a otro, sin ningún tipo de aviso, estaba parado sobre una calle. Era de noche, y el hecho de que las casas tenga apariencia "abandonada" no ayudaba mucho. Automáticamente miré para todos lados intentando buscar la casa en la que estuve antes (la cual, repito, nunca había visto), pero no había caso. El ambiente no favorecía para nada, solo la tenue luz de la luna marcaba mis pasos. Decido entonces empezar a caminar, y al llegar a una esquina choco contra un hombre (el cual, nuevamente, no conozco). Me disculpo por el encuentro infortuito y procedo a seguir caminando (cabe destacar que , progresivamente, mi respiración se aceleraba). A los pocos metros me doy cuenta que este señor empieza a seguirme, por lo opto por avanzar un poco mas rápido.
Cuando diviso nuevamente mis espaldas, aparecen otros cuatros hombres detrás de él (nuevamente, sin conocer a ninguno). En este momento me quedo por al menos ún segundo totalmente paralizado. Uno de ellos (no recuerdo muy bien cual) me dice literalmente: -Es mejor que no te resistas.
No es muy difícil imaginar cuales eran sus intenciones, así que por "instinto de supervivencia" empecé a correr como si de mi vida se tratase (lo cual puede ser cierto). Fueron alrededor de dos cuadras corriendo por el medio de la calle (aún me seguían persiguiendo), hasta que un patrullero se me cruzó enfrente. Nuevamente me paralicé. Dos policías se bajaron, y los cinco hombres para aquel entonces ya me habían alcanzado, pero aun así se quedaron expectantes atrás mio.
Acá no recuerdo con lujo de detalles lo que pasó, pero pude darme cuenta instantáneamente que los hombres que me perseguían y los dos oficiales eran cómplices de alguna manera.
Nuevamente sucede algo de un momento otro. Seguía siendo de noche, pero las casas que aparentaban estar abandonadas tomaron vida de repente. Dos personas (y otra vez... no las conocía), al parecer un matrimonio, salieron de la casa que estaba al frente del patrullero. Fue una charla muy corta, en la que pedían explicaciones a los oficiales de porqué me tenían rodeado, tanto la policía como los cinco hombres.
Uno de los oficiales saca un arma de su funda, y dice textualmente: - Este sujeto tenía esta arma en su posesión, como pueden ver está sin el numero de serie. Estos muchachos me avisaron (señalando a los hombres detrás mío).
En este preciso momento, me recorrió por todo el cuerpo una sensación de escalofrío terrible, mejor dicho un miedo inmenso. En esta situación, sentí ese click en la cabeza que antes había llamado "instinto", y empecé a correr con todas mis fuerzas, pero esta vez con una cara de angustia claramente visible.
Al parecer no tenían esperado que escapara de esa manera, así tardaron varios segundos en darse cuenta de mi huida. Sin embargo, uno de los cinco hombres le quitó su arma a uno de los oficiales (quizás la que estaba sin numero de serie), y comenzó a efectuar varios disparos, sin ningún éxito.
Alzo la vista para divisar una imagen que esta vez, sí me eran muy familiar. Eran una vías del tren, las cuales están cerca de mi casa. Procedo a acelerar mi paso y cruzo las vías. Pero por menos de un segundo miré hacia atrás, quedé atónito al darme cuenta que no había nadie, ni los policías, ni el matrimonio, ni tampoco los cinco hombres.
Sigo recorriendo las cuadras y ahora sí podía decir que reconozco las casas. Me cruzo con un grupo de gente en la esquina de la casa de un familiar, pero no les di importancia y ellos tampoco me la dieron, simplemente seguí corriendo con todas mis fuerzas (todavía sentía sintiendo un profundo miedo), hasta que llegué finalmente a la casa de un familiar (faltaba poco para llegar al mía, pero quizás por el miedo decidí entrar rápidamente ahí).
Mi acelerada respiración y mi cara de angustia se notaban claramente, pero al entrar a la casa me doy cuenta que todos estaban bastante concentrados hablando entre ellos. Todos sentados informalmente en sofás y sillas, totalmente despreocupados de lo que me estaba pasando.
Entonces me siento en el piso y veo panoramicamente como mis familiares siguen dialogando.
En ese preciso momento, hubo otro click en mi cabeza. Pero esta vez no sentí un miedo paralizante o el deseo de correr. Mas bien, una fuerte sensación de furia, enojo y resentimiento me recorrió el cuerpo, al punto que podía sentir su gusto amargo en la boca.
Entonces me desperté, pero el miedo nuevamente predominaba.