Era un día normal como todos, me dirigía hacia mi casa de la infancia pero al llegar a ella note afuera distintas personas así que me senté en la terraza de afuera junto a mi madre y le pregunté que pasaba, con cara de enojo por no estar adentro me dijo que en la casa habían personas extrañas, miré hacia el balcón.. Justo ahí están un mujer y un hombre vestidos de negro, los miré muy bien para ver si los conocía, luego mi madre voltio a verlos (le dije que no lo hiciera) y en unas sillas de abajo dos hombres, les identifique como el negociante y el abogado. No recuerdo en que instante entré a esa casa, pero la sala y el comedor los recuerdo tal y como eran solo había cambios hacia el pasillo, era innumerables habitaciones, cada una con tres camas dobles para 6 chicas, así que me apresuré en quedarme en la primera habitación (recuerdo prender los ventiladores por el calor al volumen 1.5, si eran ventiladores de techos blancos), una mujer nos dio la bienvenida, solía decir bienvenidas yo seré su madre durante todo este tiempo.. Se hizo la noche y estábamos viendo las chicas y yo televisión en la sala, cuando el hombre ese raro nos dijo que la hora de ver televisión era hasta las 10pm pero que para mi podría ser hasta las 12pm, así que me quedé y entre serie y seri, rizas y carcajadas la puerta hacia la calle y las ventanas se abrieron lentamente, vi el reloj que colgaba en la pared (12pm), me asusté mucho me apresuré en cerrar la puerta ( ya no había gente en la terraza de afuera) y apague el televisor, no se como se enteraron pero aquella mujer fue hasta la habitación para saber quien había abierto la puerta del frente (por supuesto al lado del hombre aquel, pero para mi suerte no preguntó), así que no tuvo éxito, me hice la dormida pero sudaba, tenía mucho miedo en el fondo y como todo estaba tan silencioso se podía escuchar latir mi corazón tan fuerte. Al día siguiente pude ver y caminar en pasillo justo en la mañana a todas las chicas de las habitaciones, todo era confuso no sabía si era un internado lo mas seguro que no, pues no estudiábamos, o quizás un campamento que no lo creo porque tampoco jugábamos. Todo iba perfecto pero nadie nos veía durante el día, no presté mucha atención, a la hora de la cena, ese hombre nos traía la comida hasta el comedor siempre se veía hambriento jajaja y a la hora de dormir, me apresuré a no ver la televisión pues por lo que ocurrió la noche anterior a esa, entre conversa y conversa las chicas notaron que eran las 10pm y se acostaron, dijeron: apaga ese bombillo sino lo haces te tocarán la puerta para que lo hagas y así fue tocaron la puerta me apresuré a apagarlo pues no quería descubrir quien el la persona detrás de la puerta. Al despertar me decidí ir al final del pasillo (no entendí de donde venía tanta luz si todo estaba cerrado) pude notar unas cámaras de seguridad en el techo (sencillamente no le paré, había comprendido entonces como se enteraron de la puerta abierta), también habían dos teléfonos (como de monedas) de color verde, vi a una chica hablar por el, llorando confesarse por algo que hizo e inmediatamente irse corriendo, en el otro teléfono vi a un muchacho de ojos verdes era perfecto, supe que al instante en que lo vi lo amé (pero en mi cabeza me pregunté: ¿Que hace un chico en una casa de mujeres?) antes de que mi pregunta fuera respondida, una chica me empujó hacia mi izquierda, caí agachada, me quedé en shock por unos segundos viendo hacia el otro pasillo lleno de habitaciones al igual que el mío, pero de niños y sin moverme el chico hermoso dijo que ahí donde yo estaba la cámara no podía verme, así que se acercó (agacho), casi al punto de sentir su reparación en mi rostro, mi corazón se agitaba solo podía ver sus ojos verdes tan hermosos, no se cuanto tiempo fue, pero realmente era maravilloso, nos levantamos y lo único que quería en ese momento era atravesar aquel pasillo, solo dí unos pasos cuando él tomó mi mano y me dijo que eso era una mala idea (vimos al hombre llevar el almuerzo) nos separamos rápidamente pero nos quedó mirando de un modo inquietante paso el día y ya casi me acostumbraba al ritmo de la casa, a la noche siguiente como a eso de la hora de la cena, una mujer vendía velones blancos, me gustaron tanto que compré dos para mi, las chicas también lo hicieron, sentadas en el comedor se acercó el chico del otro pasillo, le pregunté si el podía estar con nosotras y sin hablar movió su cabeza afirmando la respuesta, de repente sentí un calor inmenso en mi cuerpo empecé a sudar demasiado, me levanté de la silla y corrí hacia el pasillo en donde estaba la mujer hablando con el hombre justo al final del pasillo en la puerta del patio tomé aire, me volteé la saludé vi como sus ojos azules me miraban con ganas y en un instante se le pegó de espalda al hombre como si le estuviese bailando subía y bajaba, pedí que me disculparan y de regreso al pasillo noté que todos comían sin mí, sentí unos pasos tras de mi pero no le presté atención, aquel chico voltio a mirar y gritando me dijo que corriera, lo hice sin mirar atrás pero la curiosidad fue tan grande que al voltear, vi aquella mujer como volaba hacia mi, corrí mas rápido y él me esperaba de brazos abiertos sentado en el comedor, otra ves voltee y ella abría su boca y vi como su colmillos eran enormes, jamás había sentido al pasillo tan largo como ese día, al final llegue hacia sus brazos, el me sentó rápidamente en el lado izquierdo de su brazo pero la mujer con toda la fuerza y velocidad con la que venía mordió su pierna, me quedé inmóvil viendo como saboreaba su sangre y en ese preciso momento pude comprender que era un vampiro, él me tomo muy fuertemente, sabía que le dolía mucho y no podía hacer nada, al darse cuenta que se trababa de él, la mujer se retiró muy apenada ante tal monstruosidad, lo vio con cara de ternura y se fue volando hacia el segundo piso, OH Dios exclamé, (no había notado ese piso de arriba), tomé con cuidado al chico y cuando lo iba a acostar en mi cama, ya no tenía nada en la pierna, las chicas asustadas estaban llorando no sabían que hacer (sugirieron irnos de la casa) así que fui sola a la sala para ver si podía abrir la puerta pero a la mitad de la sala todo empezó a dar vueltas como una ilusión y no alcanzaba la puerta, me devolví hacia la habitación, él ya se había ido, las chicas me miraban y de repente escuchamos unos pasos enormes, salimos para ver que era, solo Dios sabe que criaturas eran, además estaban en el pasillo de arriba (a decir verdad Frankenstein era una dulzura al lado de éstos), vi que él chico se acercaba con otros muchachos para salvarnos, pero era casi inútil aquellos monstruos nos atacaban, en un instante sentí como mi vida perdía valor, vi como aquellos muchachos luchaban por defenderse y yo tan solo me dejaba golpear (no entendía porque mi cuerpo estaba sin alma y mi mente estaba vacía), él chico de los ojos verdes empezó a llamar al monstruo no se si por su nombre o era una especie de conjuro extraño casi podría jurar que era latín, a cada uno lo llamaba de distintas formas, fue así que desistieron de hacernos daño, luego mencionó algo como permitton, pimertton, plumertton, lo que sea que fuera acabo con ellos.. La puerta de la calle se abrió, los chicos corrieron a avisarle al resto de la gente, no me había sentido tan libre como esa ves, todos corrían, todos anhelaban esa libertad de escapar, me quede esperando a que todos salieran, tomé de la mano a chico hermoso y me dijo que su deber era quedarse junto a su madre, empezó a gritar desde la puerta a todos los chicos y decía: ¡No podemos dejar a nuestra madre!, ¡Nuestra madre!, le dije que lo sentía mucho pero que todos eran libres de irse, así que salí de aquella casa, estiré mi mano sobre él, pero lo único que hizo fue cerrar la puerta y quedarse atrapado en ella. En la esquina de la casa, estaba mi abuela, esperándome en una camioneta, la abrace con alegría, ella estaba llorando de felicidad por verme, le dije que no se preocupara que todo iba a estar bien, se montó en la camioneta y se fue. Las chicas estaban esperándome para salir a correr y disfrutar de nuestra libertad, era mucha gente, no podía creer que estábamos a salvo y que además corríamos sobre el pasto verde.