Soñé que en varias partes de la tierra aparecieron, de un día para el otro unas máquinas que tenían una especie de aguja enorme, todas apuntando hacia abajo, o sea hacia el centro de la tierra. Tenían unas turbinas con las cuales se mantenían flotando y que la gente inocentemente, decidiendo que no era nada peligroso, lo usaban para flotar ya que el aire que despedía era tal, que uno podía saltar desde un lugar alto, cercano a esta máquina y el viento lo dejaba levitando unos segundos, hasta alcanzar el suelo. La gente decidió no prestarle mucha atención pero unas pocas personas, entre ellas yo.. Dudábamos demasiado de dichas máquinas de 2 metros y medio de altura aproximadamente. Pasado unos días, como por arte de magia nuevamente aparecieron, unos pequeños establecimientos a lado de las máquinas, con una computadora dentro y un asiento. Dicha computadora solo funcionaba para que alguien vaya y que en una especie de página, ponga sus datos personales y cosas así. Lo curioso es que en la parte inferior, a la izquierda, había una cuenta regresiva. Cuando me llegó el turno de usar la computadora y llenar los espacios en blanco (habían varias personas delante mío formando fila) varias personas al rededor mío, mirando la cuenta regresiva, ya que faltaba muy poco.. Apreté enter, luego de llenar mis datos, la página se refresco y a los pocos segundos todos mirando la cuenta regresiva, dicho conteo llega al misterioso 0; Se escuchó un sonido muy agudo como cuando un arma láser está a punto de disparar? Bueno dicho sonido se escuchó en toda la tierra y acto seguido, pum. Sentía que toda la humanidad se perdía en cuestión de segundos, vi pasar muchos momentos de mi vida en cuestión de 3 segundos. Yo gritaba ferozmente, sentía que todo lo que alguna vez conocí se estaba evaporando gracias a quien sabe que fuerza. El tema es que, que yo quería y trataba de hacer un poco de silencio después de tanto gritar (todo esto fue en cuestión de segundos) para poder escuchar si es que la gente que estaba al rededor mío, seguía ahí. Y no escuche ningún grito que no fuese el mío. Esto fue lo que más me extrañó, supuse y afirmé que quienes estaban controlando dichas máquinas nos estaban manipulando a su gusto.