Vivo en un casa la cual la había soñado ya un par de veces. Esta casa es vieja y tengo mi propio cuarto, pero no suelo dormir en él porque me da miedo, pero al mismo tiempo me da curiosidad. Éste tiene dos baños, uno es de azulejos verde claro y solo tiene una tina que parece no se ha usado en mucho tiempo y el escusado, que si uso. El otro baño es de azulejos rosa claro y sólo hay regaderas, son muchas como si fueran las de un internado o algo así. También mi cuarto tiene un pasillo que te lleva a un pequeño cuarto de solo cuatro paredes una pequeña ventana y una puerta. Éste esta descuidado y viejo y en las paredes hay escrito algo que no logro distinguir. El pasillo también se conecta a otra casa donde acaban de mudarse una familia con muchos niños y niñas. En un momento del sueño quiero entrar a bañarme pero todos los niños de la nueva casa están jugando en las regaderas yo me molesto y me voy. De pronto cambia el panorama y estoy llegando a un club deportivo al que iba de niña. Llegó en tren y aunque es claro que es el club, parece diferente. Hay muchas personas vestidas muy elegante, la mayoría de estas personas son mis amigos de toda la vida. De pronto se me acercan dos niñas que ambas fueron novias de uno de mis mejores amigos, amigo que hace tiempo no veo, y me explican que han estado organizando una boda, mi boda. Eso me emociona pero me asusta ya que no sé con quien y porqué me casaré. Las dos me arreglan y me visten, la boda es cómo siempre he soñado que sea mi boda. En cuanto entro a la ceremonia, comienzo a caminar por la alfombra hacia al altar pero de pronto aparece una mesa larga llena de comida y al final está parado Rodolfo, un amigo que siempre ha estado enamorado de mí pero yo no de él. Me enojo con las chicas que han organizado mi boda les digo "las voy a matar" porque se supone que ellas saben que no lo quiero más que cómo un amigo. Trato de tranquilizarme al pensar que sólo será un juego como una vez que me case jugando con otro amigo. Pero entonces volteo hacía al altar y esta un hombre medio pelón, canoso, de lentes, con una camisa azul y un broche con algún símbolo religioso. Supe que era el pastor, a su lado estaban los mejores amigos de Rodolfo y se les veía muy felices, por un segundo uno de ellos volteó amenazante y cómo si pudiera leer su mente parecía decir "no lo lastimes". Supe entonces que todo era enserio, me casaría de verdad con alguien a quien no amaba. Entonces Rodolfo se desliza por la mesa y me besa, yo no hago nada, sentí ganas de llorar pero no pude. Caminamos juntos al altar y entonces me di cuenta que mis mejores amigas no estaban por ningún lado y mientras las buscaba desesperadamente me encontré con la cara de mi ex a quien aun quiero demasiado y se le veía triste. Quería pedirle perdón pero no podía hablar. Con cada paso que daba hacia el altar pensaba en que podría hacer para evitar todo eso "¿Y si salgo corriendo? ¿Y si al momento de decir acepto simplemente digo que no? Eso le rompería el corazón a Rodolfo, no quiero romper su corazón, no quiero humillarlo frente a toda esta gente, pero no quiero casarme con él" Esperaba que alguien se opusiera y casi pierdo la esperanza cuando de pronto aparece éste hombre panzón, bien vestido, con un bigote cómo el de un chef de caricatura y unos pequeños cuernos rojos saliendo de su perfectamente peinado cabello. Estaba segura que era el mismo diablo y por alguna extraña razón, me alegraba de verlo. Lanzó un hechizo sobre todos y me dijo "sálgamos de aquí" Estaba feliz y me sentía segura de lo que estaba haciendo. El panorama cambia de nuevo, ahora voy caminando por las vías de un tren con mi hermana, le platico de lo que había pasado en la boda y de cómo el diablo me había salvado. Entonces me topo con el pequeño cuarto abandonado que estaba al final del pasillo de mi cuarto que mencione al principio y ahí estaba el diablo ahora vestido de blanco y rojo, parecía estar arreglando el cuarto y lo que estaba escrito en él se supone eran conversaciones mías con él y cartas de mí para él. Le presento a mi hermana y le indico que es él quien me salvo "Gracias por salvarme de mi boda" le decía de verdad agradecida, él me responde"siempre te salvo, desde que eras una niña" y entonces me vienen recuerdos en ese cuarto, me veo de niña platicando con él y jugando con él. Me entra un sentimiento de melancolía. Finalmente le pregunto "has visto a los niños de la casa vecina" él me contesta que lleva una eternidad ahí y que nunca vio a ningún otro niño más que a mí.