Hola, cómo están?
Hace sólo unas semana salí de un retiro espiritual con mis compañeros del colegio en el cuál la pasé genial, cambié mucho y descubrí muchas cosas y conocí personas, principalmente uno de los 4 encargados del retiro espiritual al cuál llamaremos "Or". No tiene mucha relevancia sólo es para no referirme como "él" o "esa persona". La cosa es que él habló conmigo y me hizo una oferta de trabajo así que quedamos de contactarnos después del retiro. Yo salí de viaje y no pude llamarlo.

El sueño es muy corto, de hecho y comienza con mis compañeros y yo saliendo de otro retiro espiritual muy felices, expresandonos que habíamos pasado aún más genial que el anterior, mientras nos subíamos al bus que iba a llevarlos a todos a casa. Estaba de noche y al parecer había llovido un poco antes y los encargados del retiro eran los mismos y también estaban subiendo al bus. En la vida presente Or tenia un auto pero en el momento, en el sueño , que me pidió llevarme a mi casa, era una pequeña moto. Dado que en la vida real nos llevamos tan bien, yo acepté. No quiero pasar ningún detalle ( aunque parezca muy simple y sin lugar en el sueño) así que diré que los otros encargados mostraron un poco de preocupación al ver que yo iba a irme así, pero no me dijeron nada. Cómo digo , este es un detalle que no tiene lugar en el sueño.

En fin, mientras Or iba manejando su moto, a mi me pareció muy raro ver que no había notado que estábamos en un barrio el cuál pasé gran parte de mi infancia. No pasaron unos segundos antes de que viera en la otra calle del sentido contrario osea, a nuestra izquierda, un camión grande montando en él unas vacas que estaban regadas por toda la calle muertas y con muchísima sangre en ellas y por todo el piso.

Yo me agustie muchísimo pues una escena de esas no le gusta a alguien animalista y sólo pensaba:" Dios quien pudo hacer esto, qué ha pasado aquí? Nadie puede hacer algo así" y comencé a pensar en posibilidades. Lo único que pensé fue en que no pudieron ser atropelladas... Parecía una matanza. Un atropello no daba tanta sangre. Pero tampoco vi heridas.

El detalle fue que yo rompí en llanto al ver que una de las vacas muertas ya puesta en el camión tenia sus dos bebés encima vivos y yo sólo pensaba en qué seria de esos bebés sin su mamá. Le dije a Or y él me oyó llorando pero él ni se inmutó, no le importó tanto cómo a mi y ahí no recuerdo más.