Acabo de tener el sueño más raro; trataré de poner todo lo que recuerde.
Todo comienza cuando me miro al espejo y parte de mi cara (la barbilla) se comienza a caer. Como si se despegara de mi cuerpo.
Me da muchísimo miedo pero no ocurre nada, en cambio, siento algo en la garganta que me impide respirar; de paso tengo un hilo alrededor del cuello el cual no puedo soltar porque dejaría de respirar.
Queda de más decir que estaba aterrada y que en todo el sueño tuve problemas para respirar.
Luego de ver la horrible situación en la que me encontraba llamo a mi padre para que me lleve al hospital.
Salgo de mi casa y ya me espera en el auto: mi tía conduciendo, mi madrina al lado y mi abuela materna.
Me subo de inmediato, cuando el auto avanza detrás de nosotros pasa lo que creo que era una motocicleta y la persona que conduce me mira. Se lo menciono a mis familiares pero no les interesa.
Rumbo al hospital observamos a dos hombres con gabardina negra: el primero cargaba demasiadas cosas en su gabardina y parecía que le le vendía al otro. El segundo hombre se encorvaba para hablar con el otro, y cuando hemos pasado en el auto enfrente de ellos este me mira. No le veo el rostro, pues lleva una máscara muy escalofriante; tiene dos círculos en la parte de los ojos y lo que parece un pico enorme.
Vuelvo a mencionarlo pero nadie comenta algo.
El auto se detiene pero no me llevan al hospital, sino a un lugar muy extraño, recuerdo que era de dos pisos y de color verde.
Ahí nos esperan muchas personas que no conozco y me pasan a un lugar con cosas de quirófano. Yo solo me quejo porque quería ir rápido a un hospital de verdad. ¡No podía respirar con normalidad! La mayor parte del sueño lo hacía con la boca.
Nadie hizo caso de mis quejas y comenzaron a ponerme lo que pienso que era anestesia. Me medio recuesto en la camilla y es cuando veo algo horrible. ¡Tengo unas horribles cicatrices en todo el estómago! En realidad se veían unos cocidas, como Frankenstein.
A ese punto ya estaba muy alterada.
Al segundo aparece un muchacho: cabello más arriba de los hombros y con bata verde. Era el que iba a llevar mi operación.
Enseguida ya estoy casi dormida (en el sueño) y una señora me abre el estómago, mete su mano y comienza a presionarme. Me quejo pero no me escucha.
El dolor se sentía muy real. Fue horrible.
Cuando termina se va, pasan unos segundos en negro y me levanto. Aún con las cicatrices y sosteniendo el hilo al cuello.
Me acerco a las personas de antes preguntando porque no me han quitado lo que me impide respirar a lo que me responde el muchacho de que no fue posible.
Tienen unas figuritas en el suelo: un tren, una llave, una llave rota y unas cuantas más las cuales no recuerdo.
Me hacen elegir las que se me hacen familiares y menciono las de antes. Pero solo lo hacía al azar.
Una mujer me hace mirar una pantalla y esta tiene como una radiografía. Puedo ver el interior de mi estómago. En esa 'radiografía' parece que estoy muy gorda y lo menciono.
Vuelvo a mirar mis horribles cicatrices y no dejo de pensar en quien me había hecho eso y porqué. También pienso en mi mascota que está sola en casa.
Cuando supongo que alguien trata de explicarme lo qué pasa sé termina el sueño.
Me he despertado incómoda; fue más una pesadilla y tengo miedo de salir de casa por el asunto de la persona mirándome.